sábado, 25 de marzo de 2017

Bulgur con raíz de cúrcuma fresca

 Probamos nuevos sabores




Los supermercados ya tienen raíces de cúrcuma frescas, unos gusanitos ligeramente inquietantes con un precio que permite comprarlos aunque sea para probar.
Después descubrirás que te gustan y, si las dejas un tiempo en un recipiente de cerámica perforado (como el de los ajos), comenzarán a echar brotes como pidiendo que las plantes.
Yo lo haré hoy o mañana, veremos qué sale.



Ingredientes 


  • 150 g de trigo bulgur/burgol blanco (supermercados)
  • 2 cucharadas de té negro (en este caso usé uno aromatizado con pétalos de rosa)
  • 2 1/2 raíces de cúrcuma fresca 
  • 1 zanahoria
  • 100 ml de aceite de oliva virgen extra (más cantidad adicional)
  • 8 ciruelas pasas, remojadas si están muy secas
  • 100 g de espinaca fresca troceada y a temperatura ambiente 
  • 200 g de garbanzos cocidos
  • 1 diente de ajo
  • 1 puñado de almendras
  • 1 cucharada de semillas de comino
  • canela molida y hierbabuena
  • sal y pimienta


Procedimiento

 

  • Primero confitamos la cúrcuma:
    corta dos raíces de cúrcuma frescas en rodajas finas, mejor con guantes porque tiñe y no se quita fácilmente.
     
  • Cuécelas 10 minutos en 100 ml de aceite de oliva a fuego muy bajo, procurando que no hierva. Déjalas enfriar en el aceite.







  • El bulgur: pon en un bol una tacita (150 ml) de bulgur con una cucharada abundante de hojas de té negro. Añade la cantidad de agua caliente que indique el envase y deja en reposo hasta que se hidrate. Atención: no tienes que preparar té para hidratar el bulgur, sino hidratar el bulgur y el té juntos para que las hojas de té se queden en la preparación.
  • Tritura finas en la picadora una zanahoria y media raíz de cúrcuma.

  • Los garbanzos: pon aceite nuevo (no el de la cúrcuma) en una sartén y rehoga lentamente: 200 g de garbanzos cocidos, un diente de ajo cortado en tiras finas, las almendras y una cucharada de semillas de comino. Continúa la cocción hasta que todo comience a tostarse. Si los garbanzos ya tenían sal, no hace falta añadir más.

  • Terminación: escurre la cúrcuma, añade al bulgur las rodajas y el aceite de cúrcuma necesario. Pon también las ciruelas cortadas en tiras y la zanahoria y cúrcuma picadas. Aliña con sal, canela, hierbabuena y pimienta en cantides moderadas para no cubrir el sabor de la cúrcuma.
  • Pon una cama de espinacas y arriba el bulgur y los garbanzos.